miércoles, 28 de enero de 2015

Mundos útiles vs. políticas inútiles

No hay más que verle la cara de placer para darnos cuenta que este niño es feliz con este juguete. Aunque es un juguete muy especial, está hecho desde la necesidad, los límites y el ingenio. No hay aburrimiento posible en esta escena, porque no es un simple objeto pagado con una tarjeta de crédito y en una tienda que tienen miles de juguetes de una ciudad de un mundo de identidad globalizada. Es un juguete que tiene alma, el alma de su constructor, del ingenio hecho materia y movido por la presión del aire,...de repente volvemos al comienzo anterior a la revolución industrial, cuando el mundo aún no estaba saciado de mercancías y consumo.



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