sábado, 6 de octubre de 2018

Qué gran época la del Cinemascope!!!

Debo decir que estoy más que asombrado. Desde hace un tiempo vengo notando que cada vez que voy al cine, veo más cirujanos y bomberos en activo, tratando de disfrutar de la proyección. Están entregados a su tarea, consultan cada 10 minutos, el teléfono inteligente que sacan con cuidado del bolsillo y encienden la pantallita para ver si tienen una urgencia, un trasplante o un incendio que les haría salir rápidamente de la sala, no creo que sea sólo por ver si les entró un whatsapp, mera banalidad, como si estuvieran en el living de su casa. Y he visto en otras ocasiones, que tienen al sonajero aferrado en su mano toda la película.
Pero el animalito que me tocó en la butaca de mi izquierda, (no voy a decir el sexo, qué más da, cuando un animal rabioso te muerde, saber si es hembra o macho). Pues resulta, que luego de encender la pantallita 4 veces en cuestión de media hora, le digo: ¿Podrías apagar el teléfono, por favor, que la luz distrae y es muy molesta?
- A lo que el animal rabioso me responde: Yo me senté primero, vos viniste después a sentarte al lado mio.
-Es de mala educación, (respondo), así que te pido que lo apagues.
...y no termina ahí la cosa. Cuando finaliza la peli, paso por delante para irme y le digo: -Gracias, perdoná, pero la verdad que es muy molesto.
Y resulta que este bicho, me contesta con un: Andaaaa a lami erda!!!!!! (lo separo por los algoritmos) Mostrándome las amalgamas que llevaba dentro de su flamígera boca.
A lo que respondo -Y encima maleducada!
Pensar que Buenos Aires fue el faro cultural de Latinoamérica.
Tamaña tarea tienen los gobiernos, en educar nuevamente en valores civiles y respeto ciudadano a tantos personajes que pululan sin dirección por tantas ciudades de un mundo que perece hacer perdido la brújula.




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