domingo, 22 de marzo de 2015

Tiempos de celo en las playas gaditanas.

Cada 30 segundos aproximadamente se le contraen las mejillas hacia adentro como si buscaran tocarse entre sí, el humo de su cigarrillo entra a la velocidad del rayo, toma la pendiente hacia sus fuelles y cuando llega a ellos forma un remolino y se prepara para dar la vuelta. Sus canales de salida los controla con la precisión de un reloj de péndulo, un poco por sus fosas nasales y alternando la secuencia y con labios entreabiertos, dejará salir el humo blanco mientras dibuja ocurrencias en el aire.
De cuerpo erguido y con la mirada altiva, este halcón acostumbrado a que no se le escape ninguna presa, suele identificarlas fácilmente, estudia en unos segundos, la estrategia a seguir para la conquista de la tarde de verano.
Tiene muy estudiado el guión, sabe que si habla poco dará apariencia de hombre  interesante, tiene muy sabido que por el poco tiempo que estarán juntos, no descubrirán sus presas que una cosa es ser interesante y otra parecerlo. También le ha funcionado en varias ocasiones eso de acompañar los silencios con una mirada al horizonte, creará un aura que se confundirá con el humo blanco dejando el éxito casi asegurado.
Serán días de conquista mientras no sople viento de Levante.
GCairo


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